miércoles, 13 de febrero de 2013

SPL

Se le ve correr de un lado a otro por la sala común.

- Chocolate, chocolate... ¿Dónde mierda puede haber...? –repite una y otra vez mientras revisa bajo cada mueble.Una sonrisa burlona se dibuja en el rostro de James.

Y es que no era muy común ver al grandioso Sirius Black corriendo de un lado a otro por Hogwarts a las 3 de la madrugada un día domingo.

Era una escena bastante divertida, a decir verdad.

Junto a James está sentado Peter, observando también la escena; es la tercera vez que Sirius amenaza con bajar a la cocina, ambos merodeadores intentan contener la risa.

- Ey, Padfoot, te ves algo aproblemado con el SPL de tu esposa hoy, ¿no?

Sirius para en seco luego de escuchar este último comentario.

- ¿Aproblemado, yo? –rueda los ojos y frunce el ceño- ¿Cómo voy a estar aproblemado yo por el...? Por el...

- ... SPL –repite James.

- ...

Nuevamente Peter y James se miran e intentan no reír al ver la cara confundida de su amigo.

- Síndrome Pre-Lunar, Padfoot...

En un principio Sirius sonrió divertido por la broma, luego repasó mentalmente las anteriores palabras de su amigo.

- ¡REMUS NO ES MI ESPOSA! –gritó mientras salía por la puerta, insultando a todos a su alrededor.
James y Peter rieron con más fuerza.

De uno de esos momentos que el Capitán Rogers no olvidará


Da un rápido vistazo al castaño a su lado y ríe bajito una vez más; este solo le dedica una mirada de odio furtiva y ambos vuelven a lo suyo. Momentos después, sus ojos vuelven a desplazarse desde el libro en sus manos, pero esta vez es atrapado por el menor.
- ¿Ya te atacó la demencia senil, Rogers? -le espeta Stark sarcástico.
- No ¿cómo cree, Stark? Este libro es bastante  divertido, eso es todo.  -Avanza otra hoja, sin intenciones de un mayor contacto visual y sube un poco más el libro para disimular una pequeña sonrisa.
- Si, el libro, por supuesto -Stark rueda los ojos y se acomoda en el cojín en el que está sentado diseñando algo nuevo. - Pues entonces deberías procurar no parecer un demente riendo solo en cualquier lugar.
- Lo tendré presente  -en ese momento, baja el libro y le dedica una disimulada sonrisa a Tony antes de volver a leer.
Antes de intentar recordar en qué había quedado, da una última mirada al menor. Sonríe divertido. Y es que, desde que el hombre de hierro se sentara en ese cojín y su ropa interior quedara descubierta, no dejaba de parecerle curioso que ésta tuviera dibujos del Capitán América.
Quizás en unos minutos más sería buen momento para preguntar por eso.