jueves, 11 de diciembre de 2014

Mistletoe kiss - n° 22

Title: Charlie knows best.
AU/Prompt: #22 Mistletoe kiss.
Character/Pairing: Henry Higgs/ Eliza Dooley, menciones a Charlie.
Summary: “¿Debería asumir que tu navidad ya está planificada, entonces?” Algo así le había dicho Henry hace unos minutos, pero bah ¿A quién le importaba ahora?




Si se ponía a pensarlo, su vida había cambiado apenas decidió pedir la ayuda de Henry ese día, y no solo lo decía porque su instagram había conseguido otros 50.000 seguidores, no. Esto iba mucho más allá y Eliza Doodley no era solo una sensual pelirroja tonta -como todos se empeñaban en creer-.

Salió del ascensor, contorneandose suavemente, uno, dos, pisando el suelo con sus preciosos Louboutin absolutamente a tono con su carcasa de iPhone nueva y saludó a Charmonique antes de entrar a un pasillo -si no recordaba mal, esa había sido su primera lección-.

Sonrió a un grupo de mujeres al entrar a la oficina y dejó su cartera sobre el escritorio antes de avanzar, con algo de nerviosismo, hacia la oficina de Henry.

No estaba segura de si éste estaría ocupado y le pidiera con esa forma tan anticuada que volviera después o si, por otro lado, la recibiría con esa sonrisa que solo le dedicaba a ella, invitándola a sentarse.

Tocó un par de veces la puerta y lo escuchó: el tono de contenida emoción del asiático.

- Ey, ¿qué tal el fin de...? -su voz bajó a cada palabra, fijándose en que había algo diferente en la habitación. Enarcó una ceja - Me parece que alguien está bastante emocionado con la navidad. Mira todos esos adornos.

Henry sonrió divertido y cerró la puerta tras la pelirroja.

- En realidad, Charles decoró la oficina -tras decir esto, el mayor se sentó en su lugar tras el escritorio- No tienes idea de lo mucho que ayuda a vender este ambiente.

Eliza intentó no reír (sin mucho éxito), se cruzó de piernas y miró unos momentos a Henry.

- Apenas puedo creer que hasta la Navidad, osea, la época más feliz del año, en que incluimos los desfiles de Victoria's Secret, pudiera volverse tan deprimente en cinco segundos. ¡Vamos, Henry! tienes que relajarte y decorar porque sí y dar gracias porque al fin hay algo que no es súper aburrido en tu oficina. -puntualizó mientras apuntaba a un pequeño Santa Asiático sobre su escritorio.

- Primero que todo, ese adorno es bastante racista -Eliza tensó los labios en una mueca de disgusto- Segundo, sí me gusta la Navidad. Sabes que me considero un seguidor de las tradiciones y festejos que son parte de nuestra idiosincrasia como país lib...

- Blah blah blah -y se dejó caer sobre la mesa, con la mirada fija en los ojos de su acompañante- dime cuál será tu panorama para el 24 en la noche... Y no me digas que una ensalada con pavo, porque te juzgaré más que Joan Rivers en cualquier alfombra de los Oscar.

- Deberías dejar esas referencias conmigo, ¿estás consciente de que no entendí lo último? -Eliza asintió en silencio.

- Ya que no te veo responder, asumo que tu navidad... ¿cómo lo digo?... Apestará -puso uno de sus dedos en los labios del otro antes de que pudiera contradecirla- Sí, Henry. Tu panorama apesta.

El hombre quitó con delicadeza la mano de la pelirroja y se acomodó en su asiento.

- Ya que estás dispuesta a criticar mi panorama, asumo que ya tienes el tuyo preparado.

Eliza se paró detrás de su silla y comenzó a hablar.

- En realidad, creo que este año me quedaré en casa comiendo chocolate mientras vuelvo a ver el desfile de Victoria's Secret. -Henry la miró asombrado- No pienso aparecer en público ahora que esa perra de Brit organizara una fiesta por conseguir más seguidores en instagram que yo. Espero sinceramente que se le corra el botox de los labios a una mejilla... No me mires así, Brit y yo somos amigas.

De acuerdo, por lo menos era un avance que no hiciera algo estúpido como respuesta. 

- Eliza. Si te parece bien puedes ir a cenar conmigo el 24. 

La susodicha se sentó en el escritorio para proceder a acercarse a Henry.

- ¿Es en serio? ¿Cenar como con vino, pavo relleno, y un árbol de navidad decorado en mitad de tu sala en el que haremos el intercambio de regalos?

El mayor disimuló como pudo la extrañeza que le produjo esa descripción.

- Eh... Supongo que podemos hacer eso.

Eliza sonrió y se sentó derecha aún en el escritorio.

- Entonces allá nos veremos.

Ambos siguieron en silencio unos momentos.

- Henry...  -llamó la pelirroja recorriendo la habitación con la mirada- ¿seguro de que no tuviste algo que ver con la decoración? 

- Seguro ¿Por qué lo dices?

Entonces lo vio, un pequeño muérdago colgando tímidamente sobre sus cabezas.

Aunque quiso disculparse por lo incomodo que podía resultar, no dijo nada, al notar que tanto él como la pelirroja habían comenzado a acercarse lentamente.

Ya casi sentía la respiración de la pelirroja rozando su piel cuando tomó su cara con delicadeza para terminar la distancia que los separaba.

El beso fue lento y pausado, pero estaba bien. Eliza nunca se había topado con alguien que besara así entre sus amantes ocasionales. Estaba segura de eso ahora que se habían separado para tomar algo de aire.

- Entonces... -tragó sonoramente aún a unos centímetros del hombre- ¿Estoy allá a las 6? No sé cocinar, pero puedo... ¿poner la mesa? Algo.

- Puedes llegar a la hora que quieras, no sería primera vez que lo haces -rieron juntos antes de volver a acomodarse donde estaban sentados.

- A las 4 entonces... O no alcanzaré a ver la repetición del desfile de Victoria's Secret desde mi casa.
- Hecho.

Y eso fue lo último que se dijeron antes de que Charlie llegara a la oficina con dos tazones de café caliente e hicieran como si nada hubiese pasado. Pero vaya que estaban agradecidos del pequeño Charlie.

Y Charlie lo sabía, por eso fue que sonrió divertido después de salir de la oficina y escuchar a Eliza preguntando si podía quedarse con Henry hasta el 25.

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