Title: Algo de merodeador.
AU/Prompt: #11 Crossgender
Character/Pairing: Sirius!Centric, Remus Lupin, James Potter, Lily Evans*, menciones de Peter Petigrew..
Character/Pairing: Sirius!Centric, Remus Lupin, James Potter, Lily Evans*, menciones de Peter Petigrew..
Summary: Sirius Black es un genio, gamberro y revoltoso, pero genio. Está acostumbrado a recibir la completa atención de todo cuanto lo rodea, así que comienza a molestarle cuando Remus encuentra a alguien más para pasar las tardes. Inaceptable.
Joder cómo le enfadaba escuchar su vocecita contestando todo en clases. No podía ser inteligente y calladito como el buen lunático, no.
Y el pobre Lupin encima lo miraba con cariño, definitivamente este tal Evans era como una patada en las bolas.
Sirius Black era un genio, nadie podía decir lo contrario y no parecer chiflado. Que era una molestia en el trasero para los profesores, de acuerdo, pero James aseguraba que era parte de su encanto.
En cambio Liam Evans era como la versión solterona amargada del buen Remus según Sirius-. Lupin sabía divertirse de lo lindo cuando quería, era un merodeador después de todo. Jeh. Pero Evans -casi sentía como le salían ronchas con solo pronunciar su nombre-, era un cerebrito serio y cuadrado, aburriiiiiido. Por eso es que no cabía en su cabeza que fuera tan cercano a Remus.
Los miró hablar unos minutos aún sumido en sus pensamientos y chasqueó la lengua molesto.
- ¿Te llenó de gases la tarta de calabaza de Peter? No me explico otra razón para esa cara, tío -el tan querido Jimmy y su instinto de mierda. Sirius enarcó una ceja divertido.
- Lo que me llenó de gases fue el cabeza de jengibre con el que está Lupin adelante -y se echó en la silla dramáticamente- no le basta con ser un cerebrito roba lobos, he escuchado que le agrada a Quejicus, Jimmy.... A QUEJICUS ¿Qué clase de ser humano puede ser si se lleva bien con él? -y tras decir esto último puso una mueca de desesperación que a James le dio algo de miedo- temo por la seguridad de Lupin.
- Te preocupas demasiado, Canuto. Remus siempre sabe lo que hace, no es como si ese tío pudiera engañarlo tan fácil.
Sirius sabía en el fondo que James tenía razón, pero volvió a fijar la mirada en el par de chicos antes de ponerse a garabatear en su pergamino.
No era nada, Remus solo se juntaba con él cuando decidía que el ambiente de su habitación no era el más propicio para estudiar, ya se le pasaría.
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Ya empezó a parecerle el colmo un frío sábado en la mañana cuando iba entrando a su cuarto con la esperanza de abrigarse bien e ir a patinar al lago con James, pero se había encontrado con los verdes ojos de Liam sentado cómodamente junto a Remus en su cama.
- Evans...
- Black.
Remus casi podía ver las chispas que salían de los ojos de sus amigos y solo suspiró resignado, ya sabía qué iba a suceder.
- Apostaría el cabello de Peter a que hacen algo absolutamente aburrido -Peter rechistó desde su cama mientras Sirius se sentó en la suya, junto a la de Remus- ¿Shakespeare? El muggle añejo de las obras de mierda ¿no lo dije yo? Aburrido.
- Comprendo fácilmente que alguien que no hace más que olfatear dónde hay chicas fáciles no alcance a entender una obra tan compleja como la de Shakespeare, así que no me ofenderé con eso, Black. Sigue intentando.
Luego de lanzar una almohada a James -que había comenzado a reír desenfrenado chillando "olfatear, tío, no pudo haber elegido una palabra mejor" -, Sirius decidió que esto era personal.
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Ya estaba contento; luego de un mes haciéndole bromas a Evans -de las que el muy bastardo esquivó la mitad-, no lo había visto con Remus en la última semana.
Al comentarle de su inminente victoria a James, éste apartó la vista de su pergamino y lo miró directo a los ojos.
- Sirius -partió diciendo- me siento en la obligación como mejor amigo de hacerte notar que ese tío le hace honor a su cabello. Solo piensa en lo que pasó el martes luego de pociones -Sirius lo escuchó meditabundo- Joder, de no verse tan calmado, creería que planea algo para que no lo jodas más. Ve con cuidado.
Y es que luego de pociones el martes, Liam había hechizado el cabello de Lucius Malfoy para que fuera tan pelirrojo como el suyo. El Slytherin amenazó con denunciarlo al director, a lo que el pelirrojo había respondido con sarcasmo.
- Como prefecto se me han concedido ciertas libertades en el castigo de comportamientos indeseados -al agitar su varita, un gran libro de reglas de la escuela apareció frente a ambos- como puedes leer aquí y aquí -señaló- no se me reprenderá por un castigo a la medida y de razonable duración.
El más alto frunció el ceño enojado ante la atónita mirada de los presentes en el corredor.
- Tu cabello volverá a la normalidad luego de que te disculpes con ese chico de primero -Evans apuntó a un menudo chiquillo de Hufflepuff tirado con sus libros en el suelo- Según entiendo, el pelirrojo no es precisamente de tu agrado, así que creo que te disculparás pronto.
Y tal como había llegado, se esfumó entre la multitud de estudiantes divertidos.
Quizás si debía hacer caso a Jamie e ir con cuidado, mejor prevenir, decían por ahí.
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Dos semanas sin que jengibre se acercara a Remus y aún no había ninguna señal de venganza por su parte, quizás la conversación con James lo tuvo paranoico unos días, sí, pero dudaba que Pequitas fuera a hacer algo ahora.
Caminó por el pasillo y dio una vuelta para empezar a subir las escaleras hasta el retrato de la señora gorda.
- Buenas tardes, mi distinguida dama -saludo galante a la regordeta mujer -nuevo peinado ¿eh?
La mujer chilló emocionada ante esto último y le sonrío al adolescente.
- Ay, niño, solo alguien tan sagaz podría darse cuenta de ese detalle -y achicó los ojos al sonreír. - Bueno, bueno, de todas formas necesito la contraseña, cariño.
- Amortentia.
Luego de guñarle el ojo a la mujer, Sirius avanzó por la puerta abierta hasta la sala común y caminó esquivando a unos cuantos niños de primero que terminaban sus deberes. Le pareció raro no haber visto a Lupin desde la mañana, pero no había tiempo que perder, debía buscar sus cosas para el entrenamiento de Quidditch sorpresa de James.
Giró el pomo de la puerta y al entrar saludó a Colagusano que comía pastel en su cama. Todo parecía normal. Se tranquilizó, pero al llegar a su cama vio una carta vociferadora reposando en su almohada. Sin más tiempo que perder, la abrió sientiendo la curiosidad como un yunque en el estómago.
La carta tomó la forma de un par de labios que susurraron "se acabó el juego, Black"
Evans.
No alcanzó a reaccionar cuando sintió su cuerpo deshacerse en el suelo mientras todo giraba a su alrededor. Sabia que era imposible usar trasladores en Hogwarts, entonces ¿qué...?
Una fuerza invisible lo succionó a gran velocidad y pronto apareció en lo que se asemejaba a un tobogán inexistente. Esperaba estar imaginando que sus músculos se endurecían y que eso no ocurría en realidad. Mentira. Intentó rascarse la barriga a modo de prueba, pero sus brazos no respondieron.
Segundos después notó que caía lentamente sobre una silla de madera en... ¿una playa?
- Hasta que llegó Canuto -sin duda era James a su derecha, pero no pudo girar la cabeza para dedicarle una mirada acusadora. Era casi una broma que solo pudiera mover los ojos.
- No lo jodas, James, probablemente se pararía a ladrarte una sarta de insultos si pudiera -Sin duda ese era Remus, que se asomó a su izquierda mientras se acomodaba unos lentes de sol.
Ahora sí que entendía menos que una mierda ¿Cómo es que a nadie se le ocurría explicarle por qué estaban en una playa? Obviamente la broma era que no pudiera moverse, sí, sí, muy divertido.
- Black... Espero que hayas disfrutado el viaje -no tenía que esforzarse para saber quién era ese - te presento la sala multiusos -tras esta afirmación lo oyó rodear su silla y plantarse frente a él en traje de baño (asumía que era el único con pinta de de mentor invernal y se estaba cagando de calor)- En teoría, aparece en ella lo que sus invitados necesiten. Remus ya me dijo que no tenían idea de ella.
El pelirrojo agitó la varita apuntandolo y sintió sus músculos relajados por fin.
- Entiendo lo de la vociferadora, lo del tobogán de mierda y hasta concuerdo con que era lo mejor paralizarme para no mear encima a James por semejante traición en mi contra -dramática mirada en su dirección- lo que no capto es qué te traes entre manos ahora. Parecía un buen plan dejarme hecho gárgola en la silla mientras nadaban como sirenas peludas.
Evans lo miró unos segundos y luego estiró la mano en su dirección.
- Tómalo como un regalo de paz.
Sirius frunció el ceño. Liam bajó la mano y comenzó a explicarse.
- Ahora conoces la sala, por lo que vaya a saber Merlín cuanta barbaridad se te ocurra hacer aquí -casi sentía la desesperación de Liam colarse entre sus ojos al imaginarlo- pero prometo no interferir con lo que ocurra aquí..
Entonces fue Remus quien continuó.
- A cambio de que dejes de lloriquear cada vez que me vaya con él -su voz era igual de tranquila que lo usual, pero Sirius alcanzó a notar cierta desesperación en ella- a veces yo también necesito un respiro, tío. Distraer al maniático prefecto de Ravenclaw para que huyan cada vez que hacen algo estúpido agota a cualquiera.
Y Sirius comenzó a reír.
- Vale, ya los capto. Los dejo hablar de muggles arrugados en la habitación y todos felices ¿no?
Ambos asintieron confundidos.
- Que así sea entonces, joderrrrr. Ya quiero ver qué más hace esta sala -y con un chasquido de dedos su abrigo desapareció y se transformó en un suntuoso traje de baño - Jamie, ten en cuenta que no he olvidado que estabas con ellos dos en esto. Ya verás.
Ambos se miraron con complicidad y James chilló que sonaba como una novia celosa.
A Sirius seguía sin agradarle del todo el pelos rojos, pero debía admitir que tenía estilo. Y apostaría la cabeza de su santa y amada madre a que por un segundo vio algo de merodeador en los ojos verdes del hombre.
Ya se encargaría luego de hacerlo salir.
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