miércoles, 12 de noviembre de 2014

Hancuffed/Bound together - n° 24


Title: Trece pasos hasta Elizabeth
AU/Prompt: #24 handcuffed/bound together
Character/Pairing: William Turner. Jack Sparrow, Angélica Teach.
Summary: Prometió estar ahí cada 10 años, cuando pudiera pisar tierra firme, pero el tiempo pasa y Elizabeth no estaba exenta a él.
 
 
Uno, dos, escucha sus pasos resonando por el pasillo y siente náuseas, porque sabe que lo que sucederá es porque él lo quiso.

No es que se arrepienta de ello, pero no por eso se siente menos aterrado. Después de todo sigue siendo humano, o eso cree.

Tres cerrojos y cuatro llaves entrando en sus cerraduras para abrir la vieja y mohosa puerta antes de dar paso a un chirrido ensordecedor que solo logra ponerlo aún más nervioso.

Se remueve y las cadenas que lo sujetan se mueve con él, arrastrando el sonido pesado y suplicante del metal oxidado.

"¿Cómo estás?" escucha que le preguntan y solo hace una mueca de resignación.

Cinco décadas y seis meses. Evidentemente no está bien. Jack también lo sabe, pero Will está consciente de que el pirata no entiende que 50 años viendo a Elizabeth marchitarse habían calado en lo más profundo de su alma.

No estaba preocupado, su hijo ya era un hombre mayor; algo canoso, algo que contrastaba con su torneada figura juvenil. Aquel día sus ojos se habían humedecido al acariciar por última vez las manos de su madre. Él apenas pudo darle unas pocas palabras de consuelo a su hijo antes de emprender el camino de regreso al barco.

Siete aniversarios pasaron y ocho estaban por cumplirse ese día y no dejaba de aterrarle.

Preguntó por Angélica y Sparrow solo lo ignoró mientras observaba su vieja brújula.

De todas formas estaba agradecido de la mujer. Desde un principio imaginó que Jack no aceptaría ser el nuevo Capitán, así que no le sorprendió cuando al encontrarlo vagando por el océano el año anterior, éste le prometió un nuevo Capitán para su barco (a cambio de unos favores).

La espera le resultó eterna, pero el día había llegado al fin.

Nueve minutos de incómodo silencio pasaron antes de que la mujer entrara en la habitación.

Estaba todo listo. Agradeció el hecho de estar encadenado al suelo o la parte de él que comenzaba a dudar habría sugerido que aún podía arrepentirse y volver al mar.

Hizo una seña con la cabeza y Jack lo ayudó a ponerse en pie. Se miraron varios segundos antes de que el castaño se fuera dando pasos largos. Cerró los ojos.

Diez estocadas profirió Angélica a su corazón palpitante y once segundos de agonía vivió Will Turner antes de soltar el último aliento el mes doce de ese año, pero al fin volvería a estar con Elizabeth. Tal como prometió ante trece ojos curiosos el día que decidieron unirse y ser uno solo.

No estaba equivocado en su infancia cuando pensó que su vida tenía sentido solo por la de la rubia mujer. Ahora lo sabía mejor que nunca.

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